Gracias a un amigo leí un artículo de “La Grande Bellezza”, última película del director italiano Paolo Sorrentino. La crítica me llevo ayer hasta los cines Verdi, para ver este largometraje en versión original. Después de haber digerido y analizado todo lo que me produjo, me atrevo a escribir mi opinión al respecto.
Foto: www.elantepenultimomohicano.com
La Grande Bellezza es una oda a Roma. La capital italiana es un personaje más tal y como ya la mostrase el maestro Fellini en “La Dolce Vita”; clásico del cine mundial que, sin lugar a dudas, ha inspirado a Sorrentino en esta cinta que se merece todo y que cuenta con una banda sonora a la altura de su fotografía.
El argumento se centra en la vida de un “bon vivant” llamado Jep Gambardella, cuyo éxito ha sido escribir una única novela titulada “El aparato humano”, a lo largo de toda una vida. La interpretación de Toni Servillo es digna de cualquier premio; hacía tiempo que no veía a un actor comerse la cámara con tanta soltura. Su elegancia evoca a actores de la talla de Paul Newman. A través de su profunda mirada, a veces perdida, nos adentramos en una Roma decadente llena de excentricidades y sueños rotos.
Foto: www.lapisnet.it
Él, que tiene su morada frente al Coliseo, es un hombre en constante búsqueda de la belleza, de una oportunidad que se le presente y consiga despertar su sorpresa. Un trovador de la noche que se junta con la bohemia, que posee una lengua afilada y un apasionado gusto por los placeres efímeros, representado por su permanente cigarrillo en la boca y su enganche a las copas.
No faltan las grandes fiestas nocturnas, el erotismo y la vulgaridad, grandes reflexiones, tragedias y soledad. Un cúmulo de sensaciones que hacen que el espectador se plantee infinitas dudas sobre la vida de su protagonista; alguien respetado por todos, infeliz y feliz al mismo tiempo, elocuente y vago. Todo lleva al contraste.
Foto: extracine.com
Como bien describe el artículo que leí, esta película no es más que «la descripción pautada de todo lo que queda cuando no queda nada». En este caso, llevado hasta el extremo bajo la mirada de un escritor que tras cumplir 65 años nos introduce en su vida de excesos, de deambulares y de enredos entre sabanas.
Roma es el telón de fondo: la ciudad santa, cargada de una belleza suprema y cuyos líderes cristianos no escapan a la crítica.
Al final, todo en esta vida es un truco…Podemos esconder nuestra tristeza y bañarla de perversiones, pero la conciencia y la realidad siempre quedan…
kulturtado 
Pues si, La Grande Bellezza se parece mucho a La Dolce Vita, hasta Jep Gambardella nos acuerda Marcello Mastroianni de Fellini, «alguien respetado por todos, infeliz y feliz al mismo tiempo, elocuente y vago» como tu dices, con «un apasionado gusto por los placeres efímeros». También Sabrina Ferilli, el personaje mas romano y mas autentico que hay en la peli, nos acuerda los personajes populares de Fellini, capaces de observar la vida por lo que es realmente. Porque si la peli es una profunda mirada a la vida, por cierto Sorrentino es un buen director, y la pelicula està bien hecha. Lo que yo me pregunto es si al final este fuese un homenaje a Fellini o simplemente una copia mas aburrida (eso de la monja no se lo voy a perdonar).
Buenos días Paolo,
Me gusta mucho tu reflexión y estoy totalmente de acuerdo. El papel secundario de Sabrina dota a la película de fuerza y aunque sea breve su importancia es notoria. Lo de la monja no se entiende muy bien…Intenta hacer una crítica a la iglesia papal romana y nuevamente nos enseña la vejez. Aunque a decir verdad, resulta extraño e inconvincente.
Me quedo con el momento del acantilado que para mí, es el verdadero y único momento de belleza que Jep vive en su vida.
Te animo a que escribas críticas de películas en mi página. Puedes escribirme a kulturtado@gmail.com
Muchas gracias por comentar y que tengas un buen día.
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