Madrid, 12 de junio de 2024 – La expectación era palpable desde muchas horas antes del inicio del concierto en los alrededores del Cívitas Metropolitano, ansiosos por ver a Bruce Springsteen y la E Street Band regresar al escenario tras una breve pausa en la gira motivada por los problemas de salud de «The Boss», añadiendo una capa extra de emoción y entusiasmo a la noche.
La atmósfera fuera del estadio era una mezcla de reuniones alegres y primeras experiencias, con fans de todas las edades y nacionalidades imaginables compartiendo historias y cantando éxitos de Springsteen, ataviados con innumerables camisetas del «Boss», banderas americanas con su icónica portada de Born in the USA y mucha ropa vaquera.
Springsteen y su legendaria E Street Band, conocida por su extensa alineación y su descomunal talento para aunar rock y soul en cada tema, no decepcionaron. Bruce, aunque avanzado el concierto se resintió su voz en las notas más altas, estuvo siempre apoyado en el micro por Little Steven Van Zandt. Ningún pero a su inmenso desempleo con la guitarra eléctrica. Little Steven, siempre con guitarra eléctrica al hombro, sorprendió con una fuerte presencia tanto musical como en pantallas y demostró por qué se le considera uno de los mejores del negocio. El resto de la E Street Band, siempre acertados y con mucho soul, convirtieron el muro de sonido en un cañón de grandes clásicos perfectamente ejecutados sin prácticamente pausa entre canciones, aunque también hubo espacio para temas más recientes como Letter to you.
Foto: Ricardo Rubio, Europa Press
Desde el principio, Bruce interactuó con el público con un alegre «¡Hola Madrid! ¿Estáis preparados?» Su frecuente uso de frases en español como «¡Vamos Madrid!» resonó bien con la audiencia, añadiendo un toque personal a la noche. La interpretación de Hungry Heart trajo la primera ola de «Oeeees» colectivos, y la icónica introducción de armónica de The River llevó a la multitud al frenesí.
El setlist abarcó la ilustre carrera de Springsteen, ofreciendo canciones de prácticamente todos sus discos. Los momentos más celebrados incluyeron una conmovedora interpretación de The River, el himno Born to Run, una maravillosamente emotiva interpretación de Last Man Standing -tributo a los compañeros de banda fallecidos- y la tanda de clasicazos infalibles Because The Night, The Rising y Thunder Road, con la que cerró el concierto previo a los bises.
Springsteen, elegantemente vestido con botas granates, pantalones negros, camisa blanca, corbata y chaleco negros, mostró su vigor característico en el escenario. Con una agilidad impresionante para sus 74 años recorrió decenas de veces el frontal del inmenso escenario regalando momentos inolvidables y muchas fotos a los fans, momento que dudo olviden en sus vidas. La actuación de anoche no fue solo un concierto, sino una celebración de la vida, la música y el vínculo inquebrantable entre Springsteen y sus fans, cultivado durante décadas.
A medida que las últimas notas de I’ll See You in My Dreams resonaban en el estadio, la multitud estalló en aplausos, un final apropiado para una noche que muchos recordarán como una de las mejores actuaciones de Bruce Springsteen y la E Street Band en España, a pesar de que nos dejará con ganas de Atlantic City, I’m On Fire o Streets Of Philadelphia; su recital fue una nueva demostración de por qué se les considera uno de los mejores bandas en vivo en la historia del rock.
En resumen, Bruce Springsteen y la E Street Band ofrecieron un concierto épico en Madrid, destacando su habilidad para transformar el evento en una fiesta comunitaria llena de emoción y nostalgia. Aunque Bruce ha perdido algo de potencia vocal, su carisma y la fuerza de la banda, con sus numerosos músicos y brillantes arreglos, nos mantuvieron al borde del éxtasis a las 57.000 personas que llenábamos el Metropolitano. Una fiesta del rocanrol que se podrá volver a disfrutar el viernes 14 y el lunes 17 de junio en el mismo recinto, si están pensando en ir… ¡No lo duden!
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